El 27 de octubre se casaron nuestros amigos, Pedro y María en Guadalupe. Fue una boda entrañable en la que nos sentimos muy a gusto viendo cómo disfrutaban los novios de ese evento tan esperado y deseado para ambos, después de pasar por tantas vicisitudes. Más de uno decidimos acompañarlos ya desde el día anterior, fecha en la que nos reunimos por la noche para cenar juntos todos los invitados con los novios; recibieron esos regalos irónicos y graciosos que se hacen llegar a todas las parejas con ese humor que es tan bien recibido tanto por los interesados como por los asistentes.
La mañana del día 27 salió esplendida y comenzó, para unos con el desayuno en las terrazas de la plaza del pueblo, otras en la sala de la paciencia de la peluquería, mientras que otro grupo venía haciendo el recorrido por carretera en el autobús de la boda, para llegar y comenzar con el resto del grupo a acicalarse y prepararse para la ceremonia.
El Coro fue el primero en instalarse en la "buhardilla" de la basílica para preparar voces y ultimar detalles. No tardaron en llegar, primero el novio y sin demora y mucha puntualidad, la novia con ese semblante radiante de alegría y felicidad con que nos regaló durante todo el día.
A lo largo del día no faltaron los detalles musicales, como era de esperar para con unos novios tan implicados con la música como lo son éstos, y para recibirlos, allí estaba preparado Fray David al órgano para interpretarles el himno nupcial, que comenzó a llenar con su melodía todo el espacio del templo con gran solemnidad, al hacer su entrada la novia. Más tarde, interpretó un par de temas el Coro de Santa Eulalia, coro que habitualmente es dirigido por María; el "ALELUYA" se lo dedicó su amigo y músico, el presentador de Canal Extremadura TV, tema que fue bien recordado incluso hasta en el autobús, durante el viaje de vuelta; y como no, su amiga y compañera de andanzas en el mundo de la música, Verónica les obsequió con una magnífica interpretación del Ave María. A la salida de la basílica, los novios recibieron los pétalos y granos de arroz simbolizando la felicidad y prosperidad deseada por todos los asistentes, que de nuevo la agasajaron con unos temas del cancionero popular.
El bufé se realizó en uno de los magníficos patios del monasterio, un marco inigualable donde fueron los novios, y a la vez los asistentes, deleitados por la Monti jazz con su música, interpretando melodías de su último disco, Sabores de Machín, en el que tanto se ha implicado Pedro a la hora de su elaboración y realización.
Terminado el banquete la cantante Feli Acevedo y el saxofonista de la orquesta, Antonio, les dedicaron unos temas preciosos que amenizaron esos momentos de la sobremesa. No puedo olvidarme de la intervención de un amigo de los recién casados, que nos implicó a todos los asistentes, haciendo sonar todos y cada uno de los instrumentos que previamente nos había repartido Eli, la hermana de la novia.
Como decía al principio, fuimos testigos de la felicidad de los novios, pero también era manifiesta la satisfacción vivida por los acompañantes, que en todo momento se volcaron en manifestarle todo su cariño, deseándoles todo tipo de parabienes a esta pareja tan entrañable como lo son Pedro y María, de la que, estamos seguros, se enriquecerán, cada día que pasen juntos, con ese amor que se manifestaron públicamente ante Dios, y para siempre, en ese SI que se dijeron frente la Virgen de Guadalupe, a la que le pedimos que los bendiga siempre.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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Muchas gracias Juan!!AH! Lo que no sabes es que el novio a las 12,45h estaba sin vestir...gracias que no me enteré hasta pasada la boda!!
ResponderEliminarPara nosotros fue un dia super especial, y disfrutamos un montón gracias a amigos como vosotros.