miércoles, 30 de diciembre de 2009

El orgullo vasco











De Bermeo
















Imágenes tomadas en Tolosa
















Cosas de San Sebastian
















Curiosidades de Laguardia
















Laguardia, Rioja Alavesa













Laguardia, villa con aspecto medieval, por conservar impecables sus murallas y sus calles, que guardan bajo sus losas las antiguas bodegas, excavadas y apuntaladas con los típicos arcos de medio punto. Bodegas que cuidan con esmero para seguir produciendo el vino de la tierra, en los tradicinales lagares, donde se siguen pisando los racimos a la antigua usanza.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

lunes, 30 de noviembre de 2009

Signos de esperanza


Al tomar en mis manos el HOY, nuestro periódico regional, se me van los ojos, no a la foto del Barsa, sino al titular “Ni estudian ni trabajan: 8400 jovenes viven así en Badajoz”. Los sociólogos llaman a este fenómeno la generación “ni ni”, se trata de jóvenes que abandonan los estudios, tienen las necesidades básicas cubiertas, como son mesa puesta, ropa limpia, internet, videoconsola, moto, algunos coche, y una paga mensual que les permite vivir sin preocupaciones, en una rutina mucho más cómoda que lo de enfrentarse a un futuro laboral difícil, exigente, competitivo y no siempre tan bien pagado como ellos quieran. Unos sectores sociales, buscando las causas, apuntan a un sentimiento de apatía y falta de expectativas que provocan que se queden paralizados durante unos cinco años, como mínimo, antes de reaccionar; otros apuntan a la precariedad laboral, o a que los padres se han vuelto muy permisivos, actitud que choca con la de aquellos padres, ahora octogenarios en su mayoría, y abuelos de esta generación “ni ni”, que en su día, no pudieron permanecer ni un solo día inactivos, porque al salir de la escuela tenían que ayudar a la precaria economía familiar de la época, en la que muchos jóvenes tuvieron que emigrar con una mano atrás y otra delante a buscarse el sustento a los países más avanzados de Europa. De allí muchos volvían con unos ahorros que les permitían instalarse de nuevo en su tierra para darle una vida digna a sus descendientes.
Pero, ¿Qué ha pasado para que estos descendientes de aquella tan noble generación que sabían sacrificarse y renunciar a sí mismos para superar todas las dificultades de la vida, ahora, en estos momentos, no niego que difíciles, pero no peores que los de sus abuelos, se abandonen y tiren la toalla de esta manera?
Dentro de la crisis económica que vivimos, se habla también de una crisis de valores, de aquellos valores de nuestros padres recibieron de nuestros abuelos, y que tal vez nosotros no hemos sabido transmitir a nuestros hijos, que ya se han criado en una sociedad volcada en el bienestar, donde todo se consigue sin dificultad y sin compromiso y sin sacrificio, y todo, incluso las personas se han convertido en objetos de usar y tirar, véanse los noviazgos y los matrimonios, que duran hasta que se acabe el amor, concepto que se confunde con pasión, y como tal, se acaba por ser un sentimiento efímero en sí.
Ante esta situación el desánimo me embarga el espíritu, pero al pasar a la página siguiente se lee otro titular “Lo marginal contra lo humilde, las dos caras de Los Colorines”. Decenas de familias con escasos recursos pero trabajadoras, conviven con el mundo de la droga, olvidados por la administración. Gente que sufre de verdad, tanto los efectos de la crisis, como los fracasos personales. Entre tantos problemas sociales, aparece la figura de Juana, una mujer luchadora, que tras sufrir la ruptura de su matrimonio, no se rinde; hace ocho años, se vio sola, en la calle, sin trabajo y con un hijo hiperactivo, tuvo que luchar para que su exmarido le pasara una pensión para su hijo. Acogidos en el humilde piso de su hermana, llegaron a convivir hasta once personas. Frente a tal hacinamiento humano, decidió solicitar una vivienda digna a la Junta de Extremadura, que no le ofreció otra cosa que un piso en Los Colorines, barrio, donde no ha dejado de pasar calamidades procedentes de la convivencia con los vecinos dedicados al trapicheo y consumo de droga. Ya le han desvalijado la vivienda por ausentarse unos días para cuidar a su madre. Pero ella no se rinde y sigue pidiendo a gritos salir del barrio para empezar de nuevo con una vida más digna.
Ahora recuerdo los comentarios de nuestro amigo Pepe Moreno, que tantas veces nos invitaba a ver signos de esperanza allí donde solo hay convulsión, dolor y sufrimiento. Ahora veo claro lo que nos decía, que Jesús está en los pobres y con los pobres. Lo reconozco en esa hermana que acoge a toda su familia en una vivienda de escasos metros cuadrados, en Juana, esa mujer luchadora que nos da lecciones de esperanza dentro de su desesperanza, o en ese churrero, que aparece unas páginas más adelante, que junto con los churros, ofrece a sus clientes libros que previamente le van dejando, y que otros pueden retirar al módico precio de un euro. Con esta iniciativa está fomentando la lectura, tan abandonada en estos tiempos, a la vez que con el dinero recaudado ha conseguido comprar dos sillas de ruedas destinadas a los ancianos de una residencia.
Personas así son las que nos han de servir de ejemplo y de esperanza ante un mundo, a veces tan deshumanizado, o ante unos jóvenes que se han instalado en esa falsa comodidad asentada sobre unos padres que no le van a vivir eternamente.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Obras de Juan Varela II





































Obras de Juan Varela I





































Obras de Juan Varela I

Durante las jornadas en la Moheda Alta, Juan Varela nos enseñó uno de sus cuadernos de campo como muestra de lo que se puede hacer con sus dotes, experiencia y habilidad. Puedo asegurar que nos cautivó a todos, y motivado por esta fabulosa sensación que marcó mi retina, no pude menos que buscar más imágenes en la web de este hombre tan sencillo pero tan artista a la vez. Las imágenes siguientes son parte de lo que encontré.

He aquí el profe y sus discípulos trabajando